Hoola a tod@s,
Hoy os cuento algunos cotilleos de cómo escribí esta historia, la cual (dicho sea de paso) me robó muuuchas horas de sueño. Qué le vamos a hacer, mis musas duermen de día y se despiertan de madrugada ;). Ajá, «Un cerezo en Nueva York» se escribió entre el silencio y la tranquilidad de la madrugá, como dicen mis tocayos sevillanos. Esa fue la franja horaria que utilicé para moldear el cáracter de Sara y Devon: los protagonistas. Dos personas que, a priori, no tienen nada que ver, excepto las ganas de amarse. Por un lado tenemos a Sara: psicóloga y, además, escritora. Una mujer fuerte, valiente e independiente que, tras su divorcio, ha perdido la ilusión en el amor. Por el otro a Devon: un actor arrogante, bastante atractivo y mujeriego que no cree en el compromiso, sino más bien en sí mismo.
¿Queréis saber más cositas de estos dos?
Es fácil (aparte de leeros la novela) solo tenéis que entrad en mi página de facebook. Allí iré publicando contenidos extra hasta el día de la publicación (vamos, os he dicho, subliminalmente, que me AGREGUÉIS como amiga). Sí, porfiplis, entrad, que estoy muy solita por esos lares.
En fin, ahora que ya tenéis una idea de cómo son mis bebés, os contaré un secretillo. En realidad, crear a Devon me ha supuesto muchos dolores de cabeza. En efecto, ha sido un niño muy travieso y a veces no me ha dejado pegar ojo. Tan solo espero que, ahora que por fin se ha marchado de casa, me invite a una buena cena, aunque sea por las molestias.
Sin embargo, mi Sarita, ha sido una niña ejemplar y me ha abierto su corazón sin restricciones. Quizás el hecho de que no he tenido que documentarme para describir su faceta de escritora haya influido a la hora de mostrar sus sentimientos, aunque, en realidad, ambas no tenemos mucho en común, menos nuestra pasión por los animales y los libros. Pero en eso consiste ser escritora: en crear seres opuestos a nosotros y no acabar locos en el intento (bueno, eso aún esta en proceso de experimentación). En cuanto a cómo me inspiré para crear un «Un cerezo en Nueva York» he de confesaros que fue gracias a una amalgama de dos ideas: me refiero al dorama Skip Beat y a nuestro querido bestseller «Cincuenta sombras de Grey», aunque no en el plano erótico, sino en el cinematográfico.
¿Cómo os quedáis?
Pues sí, así fue cómo comenzó toda esta locura, bullendo en mi mente un puzle de rocambolescas fantasías que he ido encajando a medida que escribía cada capítulo.
Por último, como no quiero agobiaros con el tema de la promoción y todo el rollo del marketing editorial (que, por cierto, se me da fatal) seré muy, pero que muy breve. Está bien, allá voy... Antes de que me echéis por ponerme en modo coñazo, os recuerdo que se estrenará en las principales plataformas online de la mano de HQÑ el día quince de febrero. Una fecha preciosa y muy romántica, ¿no creéis?
Uh, qué mal rato he pasado, pero listo, una cosa menos.
Bueno, ya no se me ocurren más chorradas comerciales para llamar vuestra atención. Creo que ya lo he dicho todo, aunque parezca que no he dicho nada... Ah, no, no, aún hay algo que tengo que contaros. ¡Stop, Stop! Un momento, per favore. Antes de que os marcheís, quiero deciros que deseo de todo corazón que la novela os haga pasar un rato ameno. Ojalá sea así. Si al final consigo haceros desconectar de los problemas cotidianos (si no tenéis problemas: enhorabuena) por unas horas, mi trabajo y mi esfuerzo habrán merecido la pena y entonces seré inmensamente feliz. Pero mucho.
¡Nos leemos, primores!
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