Sí, hasta hace muuuy poquito ni siquiera tenía seudónimo. Sin embargo, después de darle muchas vueltas al coco, ¡al fin lo encontré! Yo creo que, después de escribir una novela, es lo más difícil a lo que se enfrenta cualquier escritor. Bueno, pues esa soy yo: malagueña de nacimiento, economista y devoradora de libros (últimamente más bien de eBooks). Así es, de ahora en adelante mi nuevo apellido será Biznaga. Sé que es raro. De hecho, mucha gente que no sea de Málaga no sabe lo qué significa (o mejor dicho, no sabe lo qué es) porque no es una palabra creada por mí, sino que es una flor maravillosa hecha a base de jazmines y, además, es uno de los símbolos de mi tierra. En cuanto al nombre, lo elegí porque me encanta su significado y es muy andaluz. Por otro lado tengo que ser sincera y no os voy a contar la trola de que ya escribía en la barriga de mi madre. ¡No, qué va! Es cierto que de pequeña ya apuntaba maneras y creaba cuentos, pero hasta hace muy poquito es cuando realmente he empezado a formarme como escritora romántica. Empecé hace cinco años a escribir fanfics que, para quiénes no lo sepáis, son relatos y novelas de personajes que no son inventados por mí, sino que ya están patentados. Dentro de las páginas más famosas tenemos a www.fanfiction.net y a Wattpad. Por ejemplo, mis historias son de la serie Spartacus y de los Caballeros del zodiaco (sí, lo sé, soy una friki en toda regla) y tanto les gustaron a mis cuatro seguidoras, que decidí dar un paso más allá. Y aquí estoy, después de unos meses de intenso trabajo, haciendo los deberes. Ahora mismo estoy centrada en terminar mi segunda novela y también en darle un toque de color a este blog, maquillándolo, ya que en un futuro inmediato, en caso de que me busquéis, será el único modo de conectar con vuestros corazones. ¡Vaya pelota!
En fin, antes de terminar el discurso sobre mi «yo creativo» os quiero dejar, ahí como quien no quiere la cosa, una pequeña reflexión. Veréis, creo que a estas alturas casi todo el mundo sabe que no te haces haces rico escribiendo. Sí, bienvenid@s a la dura realidad. Dicho de otro modo, tienes que vender lo que no está escrito (valga la redundancia) para poder vivir de esta preciosa profesión, aunque la esperanza es lo último que se pierde y nunca se sabe por dónde puede llegar el éxito, sino no hay más que echar una ojeadita a nuestra amiguísima E.L James. Sin embargo, no tod@s tenemos esa suerte, de modo que me gustaría recordaros que para nosotr@s, es muuuy importante contar con el apoyo de nuestr@s lectoras/es y que mejor forma de ayudarnos que escribir reseñas y puntuarnos en las principales plataformas online.
Puh, tras soltaros este rollazo, os recuerdo que, si algún día os animáis a escribir y a crearos un seudónimo, os deseo muuucha suerte pero, sobre todo, os deseo muuucha paciencia.
¡Hasta la próxima!
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